Solemos creer que los celos infantiles son unas emociones que caracterizan a los niños y niñas que tienen un carácter más rebelde o difícil. Un sentimiento que carece de sentido por que les damos el mismo amor y afecto que a los otros niños o bebés de la casa.
Pensándolo así trasladamos la culpa al niño que siente celos, pensando que el origen de sus celos, por consiguiente de sus actos, es él o ella.
Pero la realidad es bien distinta, el niño con celos es víctima de sus percepciones, mejor dicho de sus interpretaciones. Por eso debemos ayudarle, no culpabilizarle, ni juzgarle porque, no puede detener sus sentimientos, pero lo que si podemos es ayudarle a convivir con ellos sin que sea un problema para él/ella ni para la convivencia.
Es difícil y lo se porque mi hijo tiene celos, tiene ese sentimiento de amor-odio por su hermana. Por eso aquí quiero transmitiros como se comporta él y como responde cuando el adulto demuestra una conducta de validación, comprensión y acompañamiento de sus sentimientos o por el contrario cuando el adulto muestra rechazo, retirada de atención, críticas…
A habido momentos que los adultos que estaban a su lado, viendo como se dirigía a su hermana con poca amabilidad le decían cosas como: “quítate de ahí”, “no la toques la cabecita”, “aléjate o la harás daño”, “mejor no te acerques a ella que es pequeña y la puedes dañar”, … su respuesta, al instante o tiempo después, era más violenta: la mordía, la pegaba, la empujaba para que se cayera,…
Sin embargo si nuestras respuestas eran otras él también tenía otras conductas, es decir, cuando los adultos que estábamos a su lado en situaciones complejas le decíamos: “cógela de esta otra manera”, “Tócala de esta forma”, “puedes jugar con ella si nos ponemos de esta forma”, … su respuesta es más serena y de comprensión.
Pero además no solo los mensajes, también es importante estas otras formas de hacerle ver lo importante que es para la familia:
- Verbalizándole cuánto le queremos. No debe tener dudas sobre cuánto se le quiere por eso es tan importante comunicárselo habitualmente.
- Tener ratos para jugar con él a solas, o hacer aquello que escoja.
- Verbalizar sus emociones: “te sientes triste porque llevo un buen rato intentado dormirla y no estoy contigo”, “ crees que le dedico mucho tiempo”, “te molesta que tenga que parar de jugar por darle su puré o cambiarla”…
- Implicarle en juegos con el bebé: pensemos a qué podemos jugar cuando el bebé despierte, que podemos hacer los tres juntos después de merendar, hoy de tarde que podríamos hacer juntos…
Os voy a describir una conversación que tuve con mi hijo de 4 años mientras su hermana dormía:
Niño: mama y si tiramos a Nora al contenedor de la basura
Madre: ¿Quieres tirar a Nora al contenedor?
Niño: si
Madre: y que podría pasar si la tiramos
Niño: que se llenará de arañas
Madre: uffff tremendo, con el asco que me dan
Niño: si a mi también
Madre: Pobre Nora se llenará de arañas
Niño: mmmmm bueno podemos limpiar antes el contenedor para que no haya arañas
Madre: Podría ser una buena idea. Y después de tirarla, la tapa se cerrará.
Niño: Si quedará allí sola
Madre: Que crees que sentirá
Niño: Podría tener miedo
Madre: Seguro que tendrá miedo, quizás se ponga a llorar, no crees?
Niño: Si si se pondrá a llorar de miedo
Madre: Y si se pone a llorar que pasará
Niño: que si pasa un señor la recogerá
Madre: Y si ese señor la recoge quizás se la lleve a su casa?
Niño: Si claro, se la llevará.
Madre: mmmmm vaya yo me sentiría muy triste sin Nora, si se va a casa de ese señor, ella también se sentirá muy sola sin nosotros.
Niño: bueno.
Después de decir ese bueno, como si no valiera la pena seguir hablando del tema responde: seguimos jugando??
El niño que muestra celos no desaparecen, no nos engañemos, es un sentimiento que cohabitará con el pequeño, pero en nuestra mano está hacer que se sienta mejor y por lo tanto lo viva con más tranquilidad, o por el contrario en nuestra mano está hacer que ese sentimiento perdure y se haga más difícil de convivir.
El ambiente del hogar puede ser muy difícil, de guerras continuas, de inseguridad sobre qué pasará entre los pequeños, de enfados y malos modales o por el contrario podemos entender al niño/a, poner en práctica estrategias positivas y firmes a la vez, así las respuestas del niño celoso se suavizarán y nuestro estado de ánimo mejorará, mejorando también la relación entre todos.
Por Irene Iglesias