“Oye, Tere, eso que compartes en tu Instagram, eso de Disciplina Positiva, ¿qué es exactamente?”
¿Sabes ese momento en el que uno de tus hijos se porta de manera que no te gusta ni un pelo y notas que cada vez te estás poniendo más nerviosa con la situación?
Y piensas, ¿pero por qué hace eso?, con lo tranquilo-bueno-obediente-responsable que era…
Pues para mí, Disciplina Positiva [DP] es poder comprender esas reacciones de los hijos a la vez que atiendes las tuyas propias en esos momentos conflictivos, poniendo el foco en cuidar la relación con respeto mutuo y conexión (mucho cariño del sano, del que empodera).
Aprendes a ver que muchas veces los padres usamos formas de enseñar y corregir el comportamiento de los hijos que no está generando ese aprendizaje que queremos ver en ellos, sino casi lo contrario.
Por ejemplo, una cosa que hacemos mucho es castigar cuando se portan mal, pensando que así aprenderán a que cuando hacen algo indebido, tiene una consecuencia y no lo volverán a hacer, pero si nos pusiéramos en su lugar (y seguro que ya has estado ahí), ¿qué crees que pensarán de sí mismos al recibir ese castigo? ¿Qué crees que sentirán? ¿Cuál crees que será su decisión?
Esta manera de ver el comportamiento humano nos hace reflexionar sobre los retos diarios que vivimos con los hijos y cómo los estamos abordando y si queremos cambiar nuestros métodos, la Disciplina Positiva nos propone 5 criterios:
- ¿Estoy siendo firme y amable?
- ¿Estoy teniendo en cuenta la conexión (en vez de fijarme sólo en corregir) y le hago sentir que pertenece y es importante?
- ¿Estoy abordando este reto pensando en el largo plazo?
- ¿Tengo el foco puesto en enseñar a mi hijo habilidades sociales y de vida?
- ¿Estoy facilitando a que mi hijo descubra sus propias capacidades?
Hasta donde yo sé hoy, Disciplina Positiva es el nombre que le pusieron dos señoras americanas (Jane Nelsen y Lynn Lott) después de conocer el trabajo del psicólogo Alfred Adler sobre la conducta humana. Les gustó y lo adaptaron a las dinámicas familiares porque verían que esto podría ayudar a tratar los conflictos con los hijos de una manera más efectiva y cuidar de la relación.
Lo empezaron a difundir en talleres para padres y usaron un sistema que a mí me parece lo que más te hace pensar, las dinámicas, que son juegos de representación para ponerte en el lugar de los niños o tomar consciencia de lo que ya hacemos y cómo lo hacemos.
DP no te dice cómo educar a tus hijos y a la vez recibes alternativas por si quieres probar de otra manera resolviendo temas con los hijos. Es colaborativo, ya que todos podemos aportar nuestro punto de vista y aprendemos de todos.
También te diría que para mí, empezar a aprender estas cosas, resolvió una inquietud que tenía al convertirme en madre…
¿Cómo puedo hacer para no repetir lo que “me enseñaron mal” mis padres?
Porque yo lo tenía muy claro, sabía la teoría y cómo quería ser como madre, no quería caer en los castigos, los chantajes, los juicios, las críticas… pero me salían…
Tampoco hoy pretendo reprimir mis emociones cuando algo me enfada de mis hijos, pero soy capaz de calmarme después, entender por qué hicieron lo que hicieron, ser compasiva conmigo por mi reacción y reparar, disculparme si fuera necesario y encontrar con mis hijos una solución al dilema.
Lo que más he aprendido es que mi foco no está en lo que quiero enseñarles, sino en quién quiero ser yo para ellos en cuanto a las experiencias que nos regala la vida, porque somos modelo de los hijos. Como dijo una compañera, somos sus influencers.
