Luchas de poder

 

Como padres o maestros cuando nos posicionamos en una actitud exigente, retadora, autoritaria, estamos consiguiendo en el otro (niño o adulto) una reacción de rebeldía y desobediencia. Tenemos que tener claro que es directamente proporcional:con una exigencia se obtiene una negación. Con exigencias como: ¡Te he dicho que lo hagas!, ¡Obedece!, ¡Vete a la cama ahora mismo!, ¡Silencio!, ¡Hazlo ahora!…

¿Por qué lo hacemos? La respuesta es sencilla, acabamos recurriendo a las amenazas que conllevan una lucha de poder entre personas con el fin de conseguir obediencia, por miedo a perder la autoridad, porque no tenemos otras estrategias para conseguir lo que deseamos de ellos, porque estamos muy cansados para intentar otras cosas…

Sin embargo cuando ponemos esto en práctica lo que conseguir es sentirnos miserables,  un esfuerzo inútil, sentimos que estamos perdiendo el control, nos sentimos culpables…

Para no llegar a las luchas de poder, primero debemos de empezar a darnos cuenta de que estamos perdiendo el control, que estamos demasiado enfadados como para buscar estrategias eficientes; en este caso date un respiro para poder volver a controlar tu razón y manejar la situación mucho más coherentemente.

Una vez que volvemos a controlar la situación, puede utilizar algunas de estas estrategias:

  1. En vez de dar órdenes, haz preguntas que inviten a la reflexión. En vez de decir, ordena tu cuarto, tal vez podríamos decir, qué puedes hacer para que tu cuarto esté ordenado?, lo mismo en el aula: ¿Juan que podrías hacer para tener tu mesa limpia?…
  2. Habla menos y actúa más. De nada sirve repetirle mil veces “ponte el pijama”, “ponte el pijama”… Acércate al niño y muéstrale lo que tiene que hacer, en vez de repetir mil veces lo mismo.
  3. Crea rutinas y luego recuérdale qué es lo que habían acordado. Ejemplo. Tu hijo se levanta de la mesa al terminar de comer y va directo a jugar, entonces le podemos recordar ¿qué es lo que tenemos que hacer después de cenar? En el aula: ¿qué es lo que tenemos que hacer para poder levantarnos de la mesa?…
  4. Dale opciones limitadas, esto les dará la sensación de que no tienen que obedecer todo a rajatabla y que tienen la opción de elegir, por ejemplo: te pones el pijama en la salita o en tu cuarto, quieres que te ayude yo a ponerte el pijama o papa, quieres terminar la ficha ahora con tus compañeros o antes de salir al recreo…
  5. Usa el humor. A veces es la mejor solución en momentos de crisis y sirve además para detener la lucha de poder.
  6. Involucra a los niños en la solución de problemas. Esto hace que los chicos tengan un sentido de pertenencia, estén motivados a asumir sus responsabilidades y estén menos propensos a desobedecer. Cuando un problema sea cotidiano y el niño/a pueda tener madurez para buscar soluciones pídele ayuda para resolver el problema cotidiano, por ejemplo: “Laura todos los días nos enfadamos porque no quieres ponerte calcetines, ayúdame a buscar alternativas y      soluciones  a este problema, ¿Qué se te ocurre que podemos hacer para poder solucionarlo?”, ¿Pedro todos los días te repito que saques el libro de la mochila, como podemos conseguir que seas tu quien se acuerde de sacarlo sin que te lo recuerde?…
  7. Expresa lo que sientes “Estoy súper cansada, ayudarme a recoger la sala para poder salir al recreo por favor”, esto suena mejor y se acepta mejor en vez de “Me estoy enfadando mucho, obedece de una vez, o si no…
  8. Se FIRME Y AMABLE al mismo tiempo. Que tu expresión y tono de voz indiquen el respeto por el niño/a. Un niño que se trata de forma respetuosa es más colaborador.
  9. En vez de buscar culpables ENFÓCATE EN LAS SOLUCIONES.

GINA GRAHAM: “La Disciplina Positiva nos enseña que las luchas de poder “crean distancia y hostilidad en lugar de cercanía y confianza. La distancia y la hostilidad crean resentimiento, resistencia y rebeldía. En cambio La cercanía y la confianza crean un ambiente seguro y de confianza donde no hay temor, ni culpa, vergüenza o dolor”.

 

Irene Iglesias

Educadora para Padres en Disciplina Positiva

LUCHAS DE PODER. DISCIPLINA POSITIVA ESPAÑA

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