Mis croquetas son cuadradas. Me sobra tiempo.

Con cada rutina elegida para nuestro día a día estamos seleccionando nuestras batallas, aquellas en las que tendremos que defender el fuerte frente a los enemigos.

Si elegimos demasiadas batallas se traducirán en falta de tiempo y energía ante un imprevisto.

¿Hay imprevistos? teniendo hijos sí, siempre.

Tú decides que… los domingos no van a salir de casa con chándal y esa es la batalla de cada domingo a media mañana; tú decides que… todos los días deben comer una verdura y esa será tu batalla de todos los días al medio día; tú decides que… a las 9:15 deben estar acostados (y durmiendo) y esa será tu batalla diaria después de cenar; tú decides que… las camisetas irán ordenadas perfectamente en montoncitos y esa será tu batalla cada vez que planches y abras un armario; tú decides que… la besamel debe ser ligera y esa será tu batalla cada vez que vayas a empanar las croquetas; tu pareja decide cortarse las uñas de los pies en la habitación cuando tú querías que… lo hiciese en el cuarto de baño y esa será tu batalla cada vez que lo haga…

Y así la lista es interminable, porque decidimos cómo deben ser las cosas y el resultado final de cada accióny cuando surgen imprevistos… ¡¡¡QUÉ!! Que siempre hay imprevistos, sobre todo cuando nuestras decisionespasan por encima de las decisiones de los demás: que tu hija no quiera verdura, que los montones de camisetas son incómodos para sus brazos más  cortos que los tuyos, que tu hijo no está por la labor de ponerse esa chaqueta de punto para salir a tomar el aperitivo.. Imprevistos o, dicho de otra manera, aspectos que no tuviste en cuenta.

 

Puedes aliviar mucho tus días re-seleccionando batallas, por ejemplo, respetando su elección de vestuario (sé que no tienen ropa vieja ni rota en el armario así que no será tan grave), ofreciendo un menú familiar con opción a probar platos nuevos bajo criterio de cada cual, aceptando que las camisetas deben re-armarse de vez en cuando por mano adulta, modificando recetas y haciendo la besamel más espesa (pero muy sabrosa) que te permita cortar en frío y empanar sin tener que dar forma… Es decir, aceptando otras maneras de hacer y pensar. Adaptando tus necesidades a las de los demás o rebajando tu nivel de EXIGENCIA Y CONTROL.

Lo mejor: tú ahorras energía y ganas tiempo libre.

 

Yo lo tengo muy claro: Mis croquetas son cuadradas. Me sobra tiempo. Yo decido en beneficio mio y, con ello, de todos los que me rodean.

¿Te animas a revisar tu selección de batallas?

Contigo Desenredo

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