Escribiendo sobre cómo abordar los conflictos entre hermanos, se me vino una idea a la cabeza que no quise dejar ir y ahora me apetece compartir en este post.
Los niños no son iguales, por lo que a pesar de tener hermanos ¿por qué iban a necesitar lo mismo?
Cada niño es distinto, único e irrepetible y sus padres deberían tratarlo atendiendo a sus necesidades específicas. Pensamos que hay que darles lo mismo por un sentimiento de igualdad, de ser justos, pero no son un pack. Puede que uno de los hermanos no necesite tanto contacto físico como el otro, pero atosigo al primero y me quedo corto con el segundo, para tratarlos por igual y que no me digan que los trato diferentes. Puede que uno de ellos sea menos habilidoso con la bicicleta y el otro un fuera de serie con los patines, pero no ayudo a ninguno para que los demás no piensen que los trato diferentes. Puede que uno salte de la cama nada más oír el despertador y al otro le guste remolonear entre las sábanas diez minutos más. Pero los levantamos a la misma hora.